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Cuando se necesita echar mano en el motor siempre se tiene algún truquillo, más si el problema se trata de la chapa hasta ahí dura su encanto. Es entonces cuando tenemos que llevarlo a un taller porque no tenemos idea de lo que tenemos que hacer. Si bien es cierto que hay abolladuras que hay que saber tratar muy bien, otras son sencillas, y con un poquito de habilidad y paciencia se pueden intentar resolver.

Hay quienes no se atreven, pero otros son del pensamiento “ya está dañado, qué puede empeorar”, si usted es de esos le tenemos algunos consejos que le pueden resultar muy útiles al momento de realizar una reparación simple.

Reparación de abolladuras

  1. Examine los daños que presenta la chapa del vehículo, preferiblemente lávelo antes de la revisión para poder ver imperfecciones en la superficie.
  2. Desmonte las piezas a reparar para que sean más manipulables y tenga plena libertad de poder usar el tipo de herramienta que sea sin ningún impedimento de espacio.
  3. Hay diferentes métodos por los cuales puede sacar una abolladura, pueden ser con un desatascador por el lado fuera de la chapa, con mazos de goma o la popular y “mágica” agua caliente. Tenga en cuenta en que este último método no se trata de que ponga a hervir la pintura del coche, el proceso implica es hervir agua y echarla sobre la abolladura y enseguida repetir lo mismo con agua fría, tras unos golpecitos la chapa regresará a su forma original.

Otros piensan que la solución es cubrir el golpe o abolladura con masilla, como si fuera un maquillaje profesional. Podría servir pero hasta cierto punto, debe saber usarla muy bien y estar al tanto de cuál tipo es la que debe usar para que esté acorde al material de su coche. Las más comunes y usadas son las de poliéster por su adherencia en múltiples superficies, también las hay para plásticos, aluminio, entre otras.

Debe ser consciente de que los métodos antes mencionados no son nada si nuestro coche luce como un chicle usado, de ser así, obligatoriamente tendrá que recurrir a una chapistería. Lo más usual es que se tengan pequeños golpes a causa de descuidos en el uso diario, como al estacionar, por ello en las tiendas especializadas es frecuente que vendan kits para ese tipo de reparaciones sencillas.

Si su coche ha pasado por la penosa situación de lucir un gran bollo en la chapa, la cual no es posible reparar sino más bien reemplazarla, un desguace es la mejor opción. Si no sabe por dónde ubicar uno, busque una guía, no una cualquiera, una online. Visite www.telefonosdedesguaces.es, un directorio con la información necesaria para que encuentre la solución a su problema.